Firmamos un acuerdo de colaboración con la Fundación de Cooperación al Desarrollo Agua de Coco para ayudar a compensar el impacto social y medioambiental en Madagascar, uno de los países que mejor representa la injusticia climática, y duramente castigado por el cambio climático.
Agua de Coco: Educación como motor de desarrollo
Agua de Coco es una Fundación de Cooperación al Desarrollo Española fundada en 1994 con el objetivo de cubrir las necesidades de las familias que vivían en la calle en la ciudad de Battambang (Camboya).
A día de hoy, tiene como misión contribuir a la mejora de la calidad de vida de los colectivos en situación de exclusión social en países del Sur.
Su trabajo se centra sobretodo en Madagascar y Camboya y en torno a tres ejes principales: educación, salud y educación ambiental.
Educación
El eje educativo de Agua de Coco tiene como objetivo luchar contra el trabajo infantil, reforzar la escolarización y el sistema educativo tanto en Camboya como en Madagascar. ¿Cómo? A través de un mejor acceso a la educación, actividades extraescolares y el intercambio cultural entre países.
Sus programas se enfocan desde una perspectiva de género, poniendo especial atención en las desigualdades que afectan en estos países a mujeres y niñas.
Salud
En el campo de la salud, los proyectos de Agua de Coco se centran en la malnutrición y la educación nutricional, principalmente en mujeres, niñas y niños.
Llevan a cabo programas de apoyo a comedores escolares, centros de educación nutricional y centros de atención integral a la mujer.
Estos centros permiten llevar a cabo diversas actividades que promueven el empoderamiento de la mujer desde un enfoque de derechos, mejorando la situación sanitaria y nutricional de ellas y los menores, sus capacidades educativas y su empleabilidad e inserción laboral.
Educación Ambiental
Por último, en el ámbito de la educación ambiental, las actividades buscan sensibilizar y educar a la población local acerca del respeto al medioambiente: reducir el impacto de las actividades realizadas, mejorar las prácticas de ganadería y agricultura o la conservación de especies y ecosistemas autóctonos de los territorios.
CO2mpensamos y Agua de Coco, una colaboración para acercarnos a la justicia climática
El pasado 2021, la ONU declaraba en Madagascar la primera hambruna provocada por el cambio climático. Un cambio climático al que este país ha contribuido con un 0,01% de las emisiones globales.
El 95% de la población sufre inseguridad alimentaria - y un 77% de la población vive por debajo del umbral de pobreza - que se ha visto agravada por el aumento de las temperaturas y la falta de lluvias. Una sequía que afecta desde hace tres años a la zona meridional del país.
Además, la deforestación amenaza con mermar las especies autóctonas del país, un “Hotspot” de biodiversidad con un 90% de especies endémicas. Según Global Forest Watch, entre 2001 y 2017, Madagascar perdió 3,27 Mha de superficie forestal, que equivale a una disminución del 19% desde 2000. WWF afirma que en la actualidad existe menos del 10% de la superficie boscosa original de Madagascar.
Ningún otro país representa con tanta claridad la injusticia climática como Madagascar. Un país que apenas ha contribuido al calentamiento del planeta, pero que ya está sufriendo sus peores consecuencias.
A través de este acuerdo de colaboración con Agua de Coco, facilitamos una compensación clave para conseguir justicia climática.
Ya puedes consultar en nuestro marketplace a qué proyectos compensar el impacto social y medioambiental de la huella de carbono en Magadascar.
Transparencia
Desde Agua de Coco confían en la transparencia como motor de la ONG. En su página web de Somos Transparentes, se pueden consultar tanto la memoria de actividades, como las auditorías.
Puedes encontrar más información sobre nuestras colaboraciones y proyectos en nuestra página web o en nuestras redes sociales: Instagram, Twitter y LinkedIn.