Suena el despertador, abres un ojo, luego otro, apagas el despertador tras consultar qué hora es. Te desperezas, un pie, luego otro… y directamente a la cocina para preparar una taza de café que te ayude a aclarar tus ideas y empezar el día con vitalidad. Y así, 400.000 millones de tazas al año a nivel mundial.
El café es ya la segunda mercancía más comercializada en el mundo, solo por detrás del petróleo. Su consumo ha aumentado en un 95% en los últimos 35 años. Pero ¿y si te dijésemos que se llega a desechar el 97% del fruto del café?
Acompáñanos en esta historia sobre el café, su impacto y finalmente, su desperdicio.
Capítulo 1: ¿Cómo se produce el café?
Según datos ofrecidos por la web El auténtico Café en 2018, cada año se consumen en todo el mundo 10 millones de toneladas de café, lo que se traduce en un consumo anual de 1,3 Kg de café por persona.
En España el consumo de café anual por persona es de 4,5 Kg, lo que sitúa a España en el puesto 19 del Ranking mundial de consumo de café, por encima de países como Estados Unidos.
Pero, ¿qué hay detrás de la producción de dicho café?
Para poder consumir y disfrutar cada día nuestra taza de café hay una gran cantidad de personas trabajando en su producción y en sus distintos procesos.
En concreto, hablamos de 5 principales:
El primero es el cultivo y la cosecha para la producción de la cereza de café en los cafetales, donde factores como la altitud, el tipo de cultivo, la distancia entre plantas de café, cantidad de sol o grado de maduración del fruto, marcarán la calidad final de nuestro café.
Segundo (y tercero), una vez se recoge dicho fruto, se realiza el despulpado y fermentación del grano, donde se consigue eliminar la cáscara y la pulpa del grano de café mediante diferentes procesos de lavado y secado del grano hasta la obtención del grano verde.
Cuarto, una vez se tiene el grano de café verde seco se almacena y se envía a los países donde se consumen.
Por último, ya en el país donde se consume, se realiza el proceso de tostado donde se consigue obtener el café como se vende posteriormente al público. Es en este proceso donde se obtiene finalmente el grano de café tostado con el que se elabora nuestra taza de café diaria.
Capítulo 2: ¿Qué residuos genera la producción de café?
A lo largo de todas y cada una de las etapas de la producción de café, se van generando diferentes residuos. Desde la cáscara y la pulpa en los países productores del café, hasta la cascarilla y el poso de café en los países consumidores.
Del 100% del residuo generado por el café, el 12% corresponde a la cáscara; el 30% a la pulpa; el 5% a la cascarilla y el 50% al poso del café.
Lo que, en total, significa desechar el 97% del fruto del café.
Solo en España se tiran más de 150 millones de kilos al año de desechos del café a la basura.
Capítulo 3: ¿Cuál es el impacto del residuo que genera el café?
Si consideramos cada uno de los residuos que se generan, para la elaboración de una taza de café se suelen utilizar entre 7-8 gramos de café, lo que supone cerca de 20 g de desechos.
Si lo relacionamos con la cantidad de emisiones que se producen por tirar a vertederos estos residuos (0.8 kg CO2eq/kg residuo), solo con el residuo se estarían produciendo unos 16 g de CO2eq/taza de café. Esto es lo equivalente a conducir nuestro coche durante 70 metros o cargar 2 teléfonos móviles. Además, debemos tener en cuenta que estamos desechando una materia prima prácticamente sin utilizar.
Capítulo 4 y final: ¿Y ahora qué?
De un tiempo a esta parte, han ido surgiendo alternativas para reducir el desperdicio de la industria del café, así como para dar “una segunda vida” a dichos residuos.
Es el caso de Cofling, una startup especializada en la revalorización del café. Su fundador, Juan Francisco Carrillo señala que "cada vez más estudios y empresas están buscando formas de revalorizar los diferentes residuos que se producen para minimizar el impacto y buscar nuevas formas de obtener ingredientes de una manera más sostenible".
De esta manera, de las diferentes etapas de la elaboración del café y sus desperdicios derivados, se pueden extraer:
- Cáscara: Elaboración de bebidas funcionales, harina de cáscara, alimento para animales.
- Pulpa: Extractos endulzantes como siropes, obtención de antioxidantes, extractos para cosmética.
- Cascarilla: Fibra alimentaria, extractos para cosméticos, bebidas funcionales, obtención de polifenoles antioxidantes y cafeína.
- Marro de café: Fibra alimentaria, extractos para cosméticos, bioplásticos, alimento para animales, obtención de polifenoles antioxidantes y cafeína, tejidos para ropa, materiales de construcción.
De esta manera, podremos revalorizar los residuos que se generan para poder dar más valor a este fruto tan apreciado y aprovechar cada uno de sus componentes.