¿Sabías que la reutilización de tu ropa puede ayudar a reducir la huella de carbono a nivel mundial?
La industria de la moda es actualmente la segunda más contaminante del mundo, solo después de la industria del petróleo. Esto se debe a la cantidad de recursos necesarios para producir cada prenda de ropa, así como al tiempo de vida que actualmente le damos de media a nuestro armario.
Los datos de la industria de la moda
Originalmente, en la industria de la moda encontrábamos dos colecciones anuales por parte de las marcas: SS y AW. Una correspondiente a primavera verano y otra, otoño, invierno.
A día de hoy, la cifra asciende hasta 52 microcolecciones en algunos casos, y es que, según el análisis de Weight Watchers en Reino Unido, el 55% de las prendas de una mujer y el 47% de las de un hombre nunca salen del armario.
Poco a poco, esta industria se ha posicionado como la segunda más contaminante del mundo, representando aproximadamente el 10% de las emisiones globales de carbono, casi el 20% de las aguas residuales y el 12,16 % de los residuos.
Si hablamos de España, cada ciudadano llega a desechar 14 kilos de ropa al año de media, 990 toneladas a nivel nacional. Sin embargo, solo el 15% de estos residuos son recolectados para darles una segunda vida, mientras que el 80% acaban en vertederos o incinerados.
La huella de carbono en la industria de la moda: 4 factores a tener en cuenta
El cálculo de la huella de carbono del sector textil no es tarea fácil. Según el Banco Mundial, la contribución de la moda a las emisiones globales de CO2 es del 10%: más que la combinación de los aviones y el transporte marítimo.
Sin embargo, hay muchos factores que se deben tener en cuenta:
Materiales
Primer factor al que prestar atención: el uso de los materiales.
Según un estudio de Made-by, organización europea de moda sostenible, los materiales que menos huella de carbono emiten - siguiendo con el supuesto de fabricar una camiseta - son algodón ecológico, con 3’09 kg de C02, plástico PET de botellas (3’29kg), algodón convencional (3’87kg) y por último algodón reciclado (3’99 kg)
En el caso del cultivo del algodón convencional, según los investigadores, puede emitir 3,5 veces más dióxido de carbono que el cultivo de algodón orgánico y consumir un 91% más de agua.
Tiempo de uso de las prendas
Cuántas veces usemos nuestra ropa será, también, determinante en las emisiones de CO2.
Actualmente, las prendas se usan 3 veces de media. Y esto tiene consecuencias: supone un 400% más de emisiones de gases de efecto invernadero que una prenda utilizada 50 veces.
Según Enric Carrera, director del INTEXTER, duplicar el tiempo de vida útil de una pieza de ropa supondría una reducción del 44% de los gases de efecto invernadero que produce el sector de la moda. Si prolongásemos nueve meses el uso activo de una pieza, se reduciría la huella de carbono, agua y residuos entre un 20 y un 30%.
¿Compra física o compra online?
¿Es el e-commerce bueno para Europa? Este estudio, realizado por la empresa de investigación Oliver Wyman analizó la venta de productos no alimentarios tanto en versión física como versión online en Francia, el Reino Unido, Alemania, Italia y España para saber cuál de las dos opciones resultaba más sostenible.
¿El resultado? En términos generales, el comercio offlline no alimentario (físico) genera entre 1,5 y 2,9 veces más de CO2e que el e-commerce. Esto, si lo traducimos a gramos de CO2, significa que cada compra en una tienda física supone 4.052 gramos de CO2 mientras que la compra en una tienda online supone solo 879 gramos de CO2.
Aunque, de nuevo, es un dato que puede variar según cada caso puntual. Por ejemplo, tal y como apunta el informe: “enviar un producto comprado online directamente por vía aérea desde un centro de distribución en Asia causa 25 veces más de emisiones de CO2e que si se envía desde un gran almacén ubicado en la Unión Europea que recibe los productos por vía marítima, antes de enviárselos al consumidor final por carretera”.
País de producción
El país de fabricación de las prendas de ropa también va a determinar su huella de carbono, ya que debemos tener en cuenta el uso de energía y las fuentes energéticas que emplea. Por ejemplo, la fabricación de textiles en China depende del carbón y, por ese motivo, tiene una huella de carbono 40% mayor que los textiles fabricados en Turquía o Europa.
Para más información sobre el impacto de la industria de la moda, puedes consultar la página Fundación Ellen McArthur
La reutilización como método de sostenibilidad
Expertos apuntan a la reutilización como una de las soluciones para reducir la huella de carbono del sector textil. Según el Instituto de Investigación Textil y Cooperación Industrial de Terrassa (INTEXTER), un aumento del 10% de las ventas de ropa de segunda mano ahorraría un 3% de emisiones de carbono y un 4% de agua.
Además, según datos del MITECO, la reutilización de una tonelada de textiles usados evitaría la emisión de 3,1 toneladas de CO2 a la atmósfera, ya que se reduce la necesidad de producir nuevas prendas y se disminuyen los residuos generados en su eliminación. Además, la reutilización de textiles también contribuye a la economía circular, al permitir la recuperación de materiales y la creación de nuevos productos a partir de los residuos.
En este sentido, el Ministerio ha impulsado la Estrategia Española de Economía Circular 2020-2030, que incluye medidas para promover la reutilización y el reciclaje de materiales, así como para fomentar el diseño de productos más sostenibles y la adopción de modelos de consumo responsable. Asimismo, ha establecido acuerdos y colaboraciones con empresas y organizaciones del sector textil para avanzar en la transición hacia una economía más circular y sostenible.
En este contexto, nacen proyectos como MenosTrash, cuyo objetivo es ayudar a cerrar los círculos productivos de particulares y empresas, diseñando y co-creando objetos funcionales con ropa usada.
Después de varios años trabajando en la moda sostenible, me pregunté cuál era la necesidad que quería cubrir como creadora. Fue durante un taller llamado "El arte de reciclar" en Malta con niños de Malta, África, Libia y Siria donde encontré la respuesta. Al investigar con las madres de los niños, descubrí que las donaciones de ropa usada que se envían de Europa a sus países no llegan como beneficio solidario, sino que se ha creado un negocio de reventa que ha destruido la economía local. Además, el 60% de esas prendas son de poliéster (plástico) que tardan más de 200 años en degradarse, contaminando el suelo, el agua y el aire cuando lo hacen. Debido a la falta de un modelo de negocio de segunda mano que soporte un ciclo de compra-venta de prendas, estas prendas se envían a otros países. Esta situación me hizo perder la motivación para crear algo desde cero, y me llevó a crear algo desde los desechos, dándole lugar a MENOStrash. Donde creamos objetos utilizando ropa usada para ayudar a empresas y personas a cerrar sus ciclos productivos basándonos en los principios de la economía circular, como el C2C.
- Carolina Carbajal, Fundadora de MenosTrash
Tal y como encontramos en su pagina web, las tendencias de compra y uso de ropa nos muestran que estamos comprando el doble de prendas que en el año 2000 y usándolas solamente la mitad. Cada año, se emplean 108 millones de toneladas de recursos no renovables para fabricar prendas de ropa pero al mismo tiempo cada segundo se tira a los vertederos o se incinera el equivalente a un camión lleno de prendas usadas.
Si quieres mas información, puedes consultar su página web www.menostrash.com